jueves, 15 de diciembre de 2011

Autonomía y Heteronomía

En términos generales decimos que una persona posee autonomía cuando tiene la capacidad de basarse así mismo con la finalidad de conservar su propia individualidad entre las personas e incluso frente a la sociedad, en cambio cuando decimos que una persona carece de autonomía lo que queremos decir es que sus acciones están determinadas por otras personas o por la sociedad en la que vive, ese tipo de persona es heteronoma

Para entender esto lo podríamos describir así:



  • Para juzgar y dirigir las acciones la conciencia se sirve de principios, es decir, de la moral con la que cada persona rige su vida. Estos principios que forman la moral pueden venir impuestos desde fuera. En este caso hablamos de heteronomía, de moral heterónoma o conciencia heterónoma. Pero puede ser la persona misma las que se los imponga racional y libremente. En este otro caso hablamos de autonomía, de moral autónoma o conciencia autónoma. Así pues podemos hablar de dos tipos de conciencia:


- Heterónoma. Conciencia que se guía por principios que vienen impuestos desde el exterior, de fuera, no emanan de la reflexión racional. Se guía por los dictados del instinto o las apetencias, por la tradición o la autoridad de personas concretas o de la mayoría. Una conciencia es heterónoma cuando acepta los principios de alguna de estas fuentes sin haber reflexionado si son buenos principios o no.
Autónoma. Es la conciencia que se impone sus propios principios. Cuando la persona se los impone a sí misma, haciéndolo de forma reflexiva y sin coacciones.

- La autonomía implica universalidad. La autonomía equivale a autolegislación, a darse a sí mismo leyes propias. Pero estas leyes que nos damos a nosotros mismos no valen para una sola persona, sino que han de valer universalmente. Así pues, autonomía es la capacidad de guiarnos por leyes que nos parecen adecuadas no sólo para nosotros, sino para cualquier ser humano.


No hay comentarios:

Publicar un comentario